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.Allí sin duda se encuentra aún, y no supimosnada más de ese planeta: guarda silencio.Creemos que Maleldil no lo ha dejadoenteramente a merced del Torcido, y circulan historias entre nosotros de que Él habíaobedecido a extraños consejos y se atrevió a cosas terribles, luchando con el torcido enZulcandra.Pero de esto sabemos menos que tú, y es algo que deseamos conocer.Pasaron algunos momentos antes de que Ransom contestara, y Oyarsa respetó susilencio.Cuando se compuso, dijo: Después de oír tu historia, Oyarsa, puedo decirte que nuestro mundo es muy torcido.Los dos que me trajeron no sabían nada acerca de ti; sólo que les sorns habían pedidoque me trajeran aquí.Pensaron que tú eras un falso eldil, según creo.Hay falsos eldila enlas regiones salvajes de nuestro mundo; los hombres matan a otros hombres frente aellos, pues creen que el eldil bebe sangre.Pensaron que los sorns me querían para esto uotro propósito maligno.Me trajeron por la fuerza, y yo pasé temores horribles.Los quecuentan historias en nuestro mundo nos han hecho creer que si existe vida en otrosplanetas, es una vida de seres malignos y crueles. Te comprendo, dijo la voz.Y esto explica cosas que eran un misterio para mí.Tan pronto como tu nave traspuso los límites de tu aire y entró al cielo, mis siervos mecontaron que tú parecías venir contra tu voluntad y que los otros te ocultaban variossecretos.Nunca había pensado que algún ser pudiera ser tan torcido como para traerhasta aquí a otro de su especie por la fuerza. Ellos no sabían para qué tu querías que yo viniese, Oyarsa.Tampoco lo sé yotodavía. Te lo diré.Hace dos años, o sea, hace casi cuatro de vuestros años, esta nave salióde tu mundo y entró a los cielos.Vigilamos el viaje y cuando volaba sobre la jarandravarios eldila iban en la nave.Cuando por fin descendió en el jandramit, más de la mitad demis siervos estuvieron allí para ver a los extraños.Todas las bestias fueron mantenidaslejos del lugar, y ningún jnau sabia de la existencia de esa nave.Cuando los extrañoshabían ya explorado esa parte de Malacandra y construido una choza y habían calmadosus temores sobre este nuevo mundo, envié a algunos sorns para que se mostrasen y lesenseñaran nuestro idioma.Elegí sorns porque son los que más se asemejan a ustedes enforma.Los Zulcandrianos se asustaron de los sorns y era muy difícil poder enseñarlesalgo.Me dijeron que los Zulcandrianos recogían sangre de sol en los arroyos.Cuando lasinformaciones que yo recibía de ellos no eran lo suficientemente claras para que yo lasentendiera, ordené a los sorns que los trajesen a mi presencia, no por la fuerza sino contoda cortesía.No quisieron venir.Pedí que viniese uno solo, pero tampoco accedieron.Me hubiera sido fácil atraparlos y traerlos, pero, aunque veíamos que eran estúpidos, nosabíamos cuan torcidos eran y yo no deseaba emplear mi autoridad con seres de unmundo que no era mío.Pedí a los sorns que los tratasen como a cachorros, y que lesadvirtiesen que, si uno de ellos por lo menos no venía a mí, no les permitiríamos seguirrecogiendo sangre de sol.Cuando se enteraron de esto, juntaron toda la sangre de solque pudieron y se volvieron a su mundo.Tal actitud nos intrigó, pero ahora ya es bienclara.Pensaron que yo quería a uno de vuestra raza para comérmelo, y entonces fuerona buscar a una víctima.Si hubiesen venido a verme, los hubiera recibido con todos loshonores.Ahora han hecho dos veces un viaje de millones de kilómetros para nada, y noobstante, van a comparecer ante mí.Tú también, Ransom de Zulcandra, has hechomuchos vanos esfuerzos por evitar estar donde estás ahora. Eso es verdad, Oyarsa.Los seres torcidos están llenos de temores.Pero estoy aquíahora dispuesto a conocer cual es tu voluntad acerca de mí. Existen dos preguntas que yo deseo hacer acerca de tu raza.Primero, debo saberpor qué viniste aquí.Es un deber para con mi pueblo.Segundo, quiero conocer quésucede en Zulcandra y cómo fueron las extrañas guerras entre Maleldil y el Torcidoporque eso, como te he dicho, es algo que deseamos conocer bien. La respuesta a tu primer pregunta, Oyarsa, es que he venido porque me trajeron.Encuanto a los otros dos, a uno de ellos solo le interesa la sangre de sol, porque en nuestromundo puede cambiarla por muchos placeres y poderes.Pero el otro abriga siniestrosplanes contra ustedes.Creo que no vacilaría en destruirlos a todos ustedes para dar lugaren este mundo a nuestra gente y luego haría lo mismo con otros mundos, si pudiesehacerlo.Quiere que nuestra raza sea eterna y de que vaya de un mundo viejo a otronuevo, yendo siempre a un nuevo sol cuando el sol viejo muera.creo que ese es supropósito. ¿Tiene el cerebro enfermo? No lo sé.Quizá no te estoy describiendo sus ideas adecuadamente.Él tiene muchosmás conocimientos y cultura que yo. ¿Cree que podría ir a los grandes mundos? ¿Cree que Maleldil desea que algunaraza viva eternamente? Él no sabe que exista Maleldil alguno.Pero lo que es cierto, Oyarsa, es que tieneintenciones torcidas para tu mundo.Es necesario impedir que los de nuestra raza vuelvanaquí.Si únicamente puedes impedirlo matándonos a los tres, yo lo acepto. Si ustedes fueran de mi raza, yo mataría a esos dos ahora mismo y, poco después,te destruiría a tí; porque son irremediablemente torcidos y tú, cuando tu valentía aumenteun poco, estarás preparado para comparecer ante Maleldil.Pero mi autoridad estálimitada a mi propio mundo y es terrible matar a los jnau ajenos.No será necesario
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