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. La sacerdotisaalzó la vista del Libro con su sonrisa poco cordial.�Y qu� es lo quesignifica esto, mis ni�as?Jenna permaneció en silencio.Ya no contestaba de inmediato, incluso80 cuando conoc�a la respuesta esperada, porque la sacerdotisa siempre seenfadaba cuando ella hablaba primero.Ahora reservaba su opinión hastael �ltimo momento, y la expon�a cuando las dem�s hab�an terminado,resumiendo y clarificando el tema. Significa nuestra misión  dijo Alna aclar�ndose la garganta en mediode la corta frase, se�al segura de que la primavera hab�a llegado.Al recibir un codazo de Alna, Selinda agregó: Pasamos por todas las Congregaciones. O al menos todas las que podemos en el t�rmino de un a�o  agregóPynt.Madre Alta asintió con la cabeza. �Y t�, Jo-an-enna? �No tienes nada que agregar?Jenna asintió con la cabeza, cogi�ndose la trenza izquierda mientrashablaba, como una forma de recordarse que no deb�a ser demasiadoimpetuosa. Es cierto, Madre, que vamos de Congregación en Congregación.Perono es sólo para realizar una visita y jugar.Debemos ir con los ojos y loso�dos abiertos, al igual que nuestra mente y nuestro corazón.Vamos aaprender, a comparar, a pensar y a.a. �A crecer!  le interrumpió Pynt. Muy bien, Marga  dijo Madre Alta.Y es ese crecimiento el quepreocupa a la Madre de cada Congregación.Algunas veces �ste llegacuando todas las ni�as van juntas y.Jenna sintió que el fr�o regresaba a su cuerpo.Se tiró de la trenza hastahacerse doler para evitar el temblor que amenazaba invadirla.Madre Alta inspiró profundamente y en forma instintiva las ni�asrespiraron con ella.Todas salvo Jenna. Y algunas veces el crecimiento llega cuando est�n separadas.Por lotanto, como vuestra gu�a y Madre de esta Congregación, es mi decisión queestar�is mejor por separado durante vuestro a�o de misión.Marga,Selinda y Alna comenzar�n por dirigirse a Calla's Ford.Pero t�, Jo-an-enna. �No!  exclamó Jenna, y la palabra fue como una explosión.Alarmadas, las otras ni�as se apartaron de su ira.Cuando hay m�s deuna muchacha lista para salir en su a�o de misión, nunca se las separa. Eso no est� dicho en ninguna parte del Libro  respondió Madre Altalenta y cuidadosamente, como si hablase con una ni�a muy peque�a.Elresto es mera costumbre y desidia, sujeto a cambios a discreción de laMadre de la Congregación. Abrió el Libro en otra p�gina.�sta no estabamarcada con la cinta pero, evidentemente, era consultada con frecuencia,ya que las p�ginas permanec�an abiertas sin la presión de sus manos.Toma, ni�a, lee esto en voz alta.Jenna se levantó y leyó la frase subrayada por la larga u�a de Madre81 Alta.Sus labios se movieron pero no salió ning�n sonido. �Fuerte, Jo-an-enna!  le ordenó la sacerdotisa.Jenna leyó con voz firme, sin que �sta delatase su ira ni su pena. La sabidur�a de la Madre se encuentra en todas las cosas.Si hace fr�o,ella encender� el fuego.Si hace calor, permitir� que entre el aire en lahabitación.Pero todas sus acciones ser�n por el bien de sus ni�as. Jennavolvió a sentarse. Como ver�s, jovencita  dijo Madre Alta con una sonrisa que, porprimera vez, comenzó en su boca y terminó en sus ojos , har�s lo que yote diga, ya que siendo la Madre s� lo que es mejor para ti y para las dem�s.Ellas son como peque�as flores y t�, el �rbol.No pueden crecer bajo lasombra que t� proyectas.Pynt apretó la mano de Jenna, pero �sta no le respondió.Trataba decontrolar las l�grimas que se agolpaban en sus ojos.Trataba de controlarlos latidos furiosos de su corazón.Finalmente logró dominar surespiración y observó a Madre Alta mientras pensaba: No la perdonar� poresto, no la perdonar� jam�s.Madre Alta alzó las manos sobre las ni�as, y Selinda, Alna y Pyntinclinaron las cabezas obedientemente para recibir sus palabras finales.Pero la mirada oscura de Jenna siguió fija en los ojos verdes de lasacerdotisa, y de ese modo fue cómo recibió la bendición de Gran Alta.A la semana siguiente empacaron, en una ma�ana tan llena de gorjeosque Jenna sintió un gran dolor en el corazón.Hab�a guardado silenciorespecto a la resolución de la sacerdotisa, pero en la Congregación todaslas dem�s estaban con-mocionadas con ello.Las ni�as en especial sehab�an mostrado desconsoladas, y Pynt en particular hab�a llorado cadanoche antes de dormirse.Pero Jenna guardaba la pena para s� misma,pensando que de ese modo no aumentar�a la de las dem�s [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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