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.Puesto que la mayorparte de los capitanes que navegan por esta zona se hallan familiarizados con lasnumerosas prdidas de embarcaciones que resultan inexplicables y que a menudo estnacompaadas por desperfectos de la radio y el comps, se hizo una investigación acercadel comportamiento del comps durante el incidente.Sin embargo, pudo comprobarseque el timonel fijó el curso y luego abandonó el timón, durante el percance, de maneraque no se logró saber si en aquel momento se haba producido alguna aberraciónmecnica.En esta región se han producido otros incidentes similares en las que losremolcadores han perdido sus remolques.En algunas ocasiones, a diferencia de loocurrido con el capitn Talley que sobrevivió para narrar su experiencia, se han perdidotambin las tripulaciones del barco arrastrado.En otras, el segundo navo se ha vistoenvuelto por una especie de niebla, mientras el primer sufra alteraciones en el comps yen el sistema elctrico.Cabe preguntarse por qu existen testimonios acerca de estasfuerzas, provenientes de remolcadores, y no de barcos aislados.Tal vez ello se debe a quelos barcos que viajan solos sencillamente desaparecen, sin dejar testigos, mientras quelos remolcadores se hallan lo bastante cerca  al otro extremo del cable como paraobservar lo que ocurre.El capitn Don Henry tuvo en 1966 una experiencia queconstituye un ejemplo grfico de un caso de "tira y afloja" entre el remolcador y la fuerzano identificada que, consciente o inconscientemente, trata de capturar su remolque.Henryes dueo de una compaa de salvamento con sede en Miami, llamada Sea PhantomExploration Company, y tiene muchos aos de experiencia como capitn y navegante, ybuzo con y sin escafandra.A los 55 aos, un hombre fuerte, de pecho y brazos poderosos,como corresponde a un buceador de toda la vida.Da la impresión de ser extremadamentevigoroso y, considerando su peso, se mueve con velocidad y ligereza sorprendentes.Cuando habla y quiere subrayar algo, golpea con el puo la palma de su otra mano, ohace un gesto muy ilustrativo, que le deja a uno convencido de que no sera muy bueno hallarse al alcance de sus brazos.Sus ojos, habituados a contemplar el ocano, sonfrancos y penetrantes.Lo certero de su conversación y su capacidad para recordar losmenores detalles hacen que valga la pena que l cuente lo ocurrido con sus propiaspalabras:.Venamos de regreso de un viaje entre Puerto Rico y Fort Lauderdale.Habamosestado fuera durante tres das, arrastrando una gabarra vaca, que acababa de hacer untransporte de nitrato de petróleo.Me hallaba a bordo del Good News, un remolcador quemide unos 50 metros y tiene un motor de dos mil caballos de fuerza.La gabarra queremolcbamos pesaba 2.500 toneladas y se hallaba al extremo de un cable de 300 metros.Nos hallbamos en la Lengua del Ocano, despus de cruzar las Exumas.La profundidadera de alrededor de 1.100 metros.Todo ocurrió por la tarde.Haca buen tiempo y el cielo estaba claro.Haba ido a lacabina situada tras el puente, y al cabo de algunos minutos escuch un enorme estruendo.Sal al puente y grit: Qu diablos pasa?Lo primero que mir fue el comps, que estaba girando en el sentido de las agujas delreloj sin que hubiera razón.El nico lugar en que recordaba haber odo acerca de algosemejante era el ro San Lorenzo, en Kingston, donde existe un gran depósito de hierro, otal vez un meteorito hundido, que hace que los compases giren locamente.No saba qupasaba, pero estaba seguro de que era algo gordo.Pareca que el agua se nos abalanzabadesde todas las direcciones.El horizonte desapareció, no podamos ver dónde estaba,porque agua, cielo y horizonte eran una misma cosa.No podamos ver dónde noshallbamos.Lo que estaba ocurriendo  fuese lo que haya sido nos arrebató o robó todo elpoder de los generadores.Todos ellos dejaron de producir energa, aunque seguanfuncionando.El ingeniero trató de encender un generador auxiliar, pero no pudo obteneruna chispa.Yo estaba preocupado por el remolque.Estaba atado, pero no poda verlo.Estabacomo cubierto por una nube, y a su alrededor se adverta un oleaje que pareca ms fuerteque en otras zonas.Empuj a fondo los aceleradores, pese a que no poda ver hacia dónde bamos.Todolo que deseaba era salir de all volando.Pareca como si algo estuviese impidindonosavanzar, sin lograrlo.Cuando logramos salir, pareció que venamos de un banco de niebla.El cable dearrastre permaneca rgido  como en el truco indio de la cuerda pero al otro extremo,en el lugar cubierto por la niebla, no poda verse nada.Salt al puente de mando y tir delcable.La condenada gabarra tambin salió de aquel lugar, que era el nico en que habaniebla.La verdad es que yo poda ver hasta una distancia de 20 kilómetros.En el reaneblinosa el agua estaba muy agitada, aunque las olas no eran muy grandes.No fuiningn hroe la verdad es que no procur averiguar qu ocurra all.Han experimentado ustedes alguna vez la sensación de que alguien les tira de los dosbrazos a la vez, y en direcciones opuestas? Nos daba la impresión de que estbamos enun lugar o en un punto que alguien o algo deseaba ocupar y de que alguien o algo queraconducirnos a algn sitio diferente de aquel al que bamos.PREGUNTA: Notó usted un color verde en el horizonte? No, ms bien lechoso.Eso es todo lo que le puedo decir.No estaba como para fijarmeen colores.Despus que nos fuimos de all hubo que cargar las bateras.Tuve quedeshacerme de cincuenta pilas de linterna.Pensó usted en el Tringulo de las Bermudas?S.Era lo nico que poda pensar en aquel momento.Pens: Dios mo! Voy aconvertirme en una parte de la estadstica!Haba tenido antes experiencias como stas?No.He odo que otra gente las ha tenido y que un remolque con gente a bordo sehaba perdido, despus de que el cable se cortó.Pero sta es mi nica experiencia.Unaes ms que suficiente!Jim Richardson fue anteriormente piloto de la Marina y ahora es presidente de lacompaa Chalk Air Ferry Service, que vuela entre el aeropuerto de Opa-Locka, enMiami, y las Bimini y otros puntos de las Bahamas [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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